Aun más, esta noción circular es necesariamente primaria. Pues lo perfecto es naturalmente anterior a lo imperfecto, y el círculo es algo perfecto. Esto no puede ser dicho de la línea recta
Aristóteles, De Caelo, 269a 19-21
Difíciles son los caminos a la perfección, si es que en el círculo encontramos esa cualidad primaria. Pero en el avance hacia la Modernidad la perfección adopta numerosas perspectivas, evolucionando ese axioma de la perfección del círculo en aras de otras inquietudes. Belleza, rapidez, eficacia, rentabilidad, todas ellas son necesidades para cumplir la excelencia. El Ingenio de la Tijera se debatió entre la perfección y la industrialización.
Y fue justamente eso lo que ocurrió en la Historia de la Tecnología de la Acuñación y Fabricación de la Moneda en España, “sometida” (siempre que aceptemos dicho término) a una actividad monetaria incesante fruto de la imperiosa necesidad de convertir la ingente cantidad de metal en numerario.
Precisamente en uno de esos puntos de inflexión de la evolución de la fabricación de moneda en España se encuentra esta excepcional pieza que presenta Tauler & Fau en su subasta Selection. Analicemos las vicisitudes de su acuñación.
Felipe II (1556-1598). 4 escudos. 1591. Madrid. C. (Cal-882). (Tauler-4, mismo ejemplar). (Fried-159). Au. 13,57 g. Tipo “Ingenio de la Tijera”. Solo se conocen 3 ejemplares. Brillo original. Los 4 escudos madrileños de este tipo llevan la marca de ceca M de Madrid a la izquierda del escudo y la inicial C del ensayador Melchor Rodríguez del Castillo a la derecha debajo de la denominación o-IIII, con la fecha de 1591 a las 11 en la leyenda del reverso.
Contexto histórico, protagonistas y resultados
Texto de Tauler y Fau
Una de las muchas reformas de Felipe II en el siglo XVI fue trasladar la Corte española de su tradicional sede real en Toledo a la ciudad de Madrid, donde permanece en la actualidad. Esto incluyó la creación de una nueva ceca en Madrid, donde antes no existía ninguna. Naturalmente, Felipe estaba ansioso por empezar a acuñar monedas allí, pero sólo si podían ser de calidad superior. En la ceca de Segovia ya se acuñaban monedas perfectas a máquina desde 1586, utilizando lo que se conocía como “Real Ingenio”. En Madrid, sin embargo, el rey optó por un experimento de acuñación diferente conocido como “Ingenio de la Tijera”, que había sido desarrollado por el herrero y cuchillero real Miguel de la Cerda, por recomendación del Tercer Conde de Chinchón, Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla.
El invento de Miguel de la Cerda consistía en un método especial para verter la plata o el oro en cilindros macizos perfectamente redondos que coincidían con el diámetro de los troqueles de las monedas, con cada plancheta cortada a mano por un extremo con unas tijeras especiales, de modo que no era necesario ningún otro recorte o aplanado. Con ello se pretendía ahorrar tiempo y recursos, al tiempo que se producían monedas atractivas con detalles completos y uniformes, muy lejos de lo que finalmente se produjo en serie en la Casa de la Moneda de Madrid a partir de 1614.
El experimento se intentó primero en las Cecas de Segovia y Toledo en 1589-91, pero como Madrid era el destino preferido, se trajo plata y oro de Toledo a Madrid para llevar a cabo el experimento allí también en 1591. Como no había ceca, se eligió el taller del famoso, pero recientemente fallecido escultor, grabador y medallista del rey, Giacomo Trezzo (también conocido como “Jacometrezo”) para el acuñado en Madrid.
Sin embargo, finalmente no fue posible seguir acuñando las monedas de mayor denominación debido a la menor corriente del río para hacer funcionar los molinos de agua. La denominación más alta -y la más rara- era la de 4 escudos, ya que parece que ni siquiera se intentó acuñar ninguna de 8 escudos, aunque se conoce la de 8 reales de plata (Cal-660), el único ejemplar existente fue rematado en marzo de 2021 por Áureo & Calicó por unos 20.000 €.
Durante los años siguientes, de la Cerda mantuvo en secreto su invento, y poco o nada consta hasta un segundo experimento en la Casa de la Moneda de Sevilla en 1597. Al año siguiente, 1598, de la Cerda murió y cedió los derechos de su invento a su fideicomisario, el doctor Baltasar Vellorino, quien afirmó que había sido él quien había mejorado el diseño de De la Cerda para hacer posibles los 4 y los 8.
Vellorino no tardó en impulsar un nuevo acuerdo con el rey Felipe II para poner en práctica el invento en su propio nombre y recibir el 50 por ciento de los beneficios durante doce años; pero la advertencia era que el invento sólo se utilizaría en las cecas del Nuevo Mundo, empezando por Ciudad de México. Un mes después, el Rey murió y la corona pasó a su hijo, Felipe III.
El equipo no se envió a México hasta 1602, bien entrado el reinado de Felipe III. El propio Vellorino viajó a México en 1603 y la maquinaria estaba instalada a finales de 1606, según un documento de principios de 1607. De vuelta a España, el famoso tallador segoviano Diego de Astor llevó a cabo un experimento similar en 1610 en la Casa de la Moneda de Segovia y en 1611 en Madrid (de nuevo en los estudios de Giacomo Trezzo).
Sin embargo, el experimento perdió favor y se alegó ante los tribunales que el nuevo método era más lento de lo prometido y que, en la práctica, provocaría que la plata y el oro en bruto pasaran de largo de España y fueran directamente a Asia (Filipinas, China y Japón) sin beneficio para la España peninsular.
El investigador Jorge Proctor señala que estas fechas coinciden más o menos con la primera aparición de los reales mexicanos (galanos), que eran perfectamente redondos y coincidían con lo que el nuevo equipo habría producido. Aparte de estos galanos, no hay pruebas de que este invento llegara a aplicarse plenamente en el Nuevo Mundo.
Esta moneda, y en general todas las fabricadas por el “Ingenio de la Tijera” de España son por lo tanto piezas clave para entender el proceso de evolución de la larga historia numismática de España y sus colonias americanas.
Bibliografía de referencia
– Romero Molina, Rosa: “Dos experimentos acuñadores en Madrid: las pruebas de Miguel de la Cerda y Diego de Astor en las casas de Jacome Trezzo”, NVMISMA, 233 (julio-diciembre 1993), Sociedad Iberoamericana de Estudios Numismáticos.
– Cano Borrego, Pedro Damián: “El Proyecto de implantación del Ingenio de la Tijera en las cecas de los Reinos de las Indias”, Revista Numismática Hécate, nº9 (2022).
En portada de NGC
“Se espera que una moneda española certificada por NGC se venda por seis cifras”
NGC (Publicado el 26/05/2023) Enlace aquí
Este es el titular de portada de NGC en su sección de noticias. Sin duda, la pieza destacada de la subasta de Tauler y Fau merece ser la protagonista indiscutible de la atención del mundo numismático.
Traducción:
“Una moneda de Felipe II de 1591 certificada por NGC tiene un estimado de más de $ 100,000 en una subasta de Tauler y Fau el 7 de junio de 2023.
Casi 150 monedas antiguas y del mundo certificadas por Numismatic Guaranty Company® (NGC®) están incluidas en una subasta de Tauler y Fau programada para el 7 de junio de 2023. Cuarenta de las monedas en esta venta son monedas NGC “Top Pop”, lo que significa que cada una mantener el grado más alto registrado para el tipo de moneda.
La moneda más destacada de la subasta es una España 1591-M Philip II 4E con clasificación NGC MS 63 (lote 145) con un valor estimado de 100 000 € (alrededor de 107 000 $). Felipe II de España, que reinó desde 1556 hasta 1598, fue un monarca influyente conocido por su astucia política y su compromiso inquebrantable con el catolicismo. Bajo su gobierno, España se convirtió en una potencia global dominante, expandiendo sus territorios y riqueza a través de la exploración y la colonización. Si bien su reinado fue testigo de logros significativos, como la derrota del Imperio Otomano y el establecimiento de la Armada Invencible, las rígidas políticas religiosas y la centralización del poder de Felipe II contribuyeron al declive del Imperio español a largo plazo. Solo se conocen tres ejemplares conocidos de este tipo “Ingenio de la Tijera”.”
¿Por qué el circulo se considera un signo perfecto?, porque simple y llanamente el circulo no tiene principio ni fin y es utilizado en muchas religiones más antiguas que la cristina
¡Qué maravilla! ¡Excelente! ¡He aprendido mucho de este artículo y de ese sistema de acuñación de moneda *”española”*