Si hay algo que tienen en común todas las civilizaciones es su fascinación por el oro. Quizás puede ser por su brillo, por su maleabilidad o blandura o por su escasez. El oro era más fácil de trabajar que otros metales y por eso fue el primero que se manipuló. Gracias a todas estas características el hombre empezó a usar este metal en la Prehistoria.
El oro, junto con el cobre y el hierro procedente de los meteoritos, fueron considerados regalos de los dioses. No en vano, su primera utilización está relacionada con la religión y posteriormente, con el prestigio social.
Antes de usarse para fabricar moneda, con el oro se comenzaron a elaborar objetos de joyería y todo tipo de adornos. Muchos de ellos han aparecido en ajuares de enterramientos. No sólo por ese carácter litúrgico y religioso, sino porque ya se manifestaba su valor intrínseco desde la época del vaso Campaniforme.
En palabras de Gómez Moreno:
Entre todos los metales, El oro es único en presentarse naturalmente con un aspecto propio de color, peso, brillo, ductilidad, tan diferente de una piedra cualquiera y abriendo para el hombre en la noción de lo que es. Un metal entre todos los minerales. Parece obligado que la metalurgia arrancase del oro. Y que sus propiedades fuesen incentivo para estimarlo aprovechando su maleabilidad para darle forma y extenderlo en hojas. El sentido del color. Tan despierto en el hombre primitivo. Le haría ver en el oro algo del esplendor solar; descubriría perdurable en él aquella viveza de tonos que los seres orgánicos le presentaban efímera. Además, si el cobre y la plata fuera un material útil que ayudaba al hombre para sus labores manuales. En cambio, el oro tan resistente no le valía. Y esta inutilidad pudo afianzarle la idea de que lo simplemente bello como las flores. Codiciable para recreo de la vista y del tacto, codiciable también por su rareza.
Y aunque sabemos que a lo largo de la historia el oro siempre ha sido un activo de valor y un símbolo de poder, dentro de la Historia del Dinero y de la Moneda, el oro no aparece en el primer capítulo. Con las necesidades de productos y servicios nace el trueque y el intercambio de mercancías. En ese comercio incipiente se producen transacciones de tal envergadura que han aparecido objetos del océano Índico en enterramientos neolíticos del Mediterráneo Occidental. La demanda de una medida de valor comúnmente aceptada apuntó a los metales como unidad de cambio reconocida.
Con la marcación de los metales y sus equivalencias se desarrolla el primer sistema monetario metálico: las premonedas. El problema de su transporte se solucionó con la reducción del tamaño de las piezas de metal marcadas. La durabilidad, la divisibilidad y el reconocimiento eran características que tenían todos los metales. Pero el oro además era un metal escaso. Su valor era mayor y por ello, según Herodoto fue elegido por los lidios para fabricar las primeras monedas de la historia (Rey Creso siglo VI a. C.) El oro se convirtió en ese momento en la pieza de intercambio monetario por excelencia.
Si bien es cierto que la plata, el bronce y el cobre también fueron utilizados, el oro fue el más resistente a los cambios externos en la economía. Tanto es así que, independientemente de que el oro fuera o no amonedado, siempre se ha aceptado como método de pago.
El valor del oro está tan asentado en nuestra sociedad que es absolutamente seguro que dicho valor continuará en el futuro.
El oro en la subasta de Soler y Llach
La próxima subasta de Soler y Llach recoge una gran representación de monedas de oro de diversas épocas y países. Una mirada rápida por los lotes nos contagia de esa fascinación por el oro en la moneda, y la comprendemos.
Esta gran subasta está dividida en dos volúmenes. Por una parte, la subasta en sala el 25de octubre y por otra, la subasta online y correo los días 26 y 27 de octubre. Cada una dividida en dos partes.
Ofrecen en su globalidad un conjunto de monedas excepcionales. Sin embargo, es la parte de monedas de oro en la que nos vamos a detener por varios aspectos: Primero, por la cantidad de piezas raras que reúne; y segundo por las grandísimas calidades que presentan. Aparecen piezas desde la Grecia antigua hasta la época contemporánea. Les invitamos a hacer una visita por los lotes de los cuatro volúmenes de las subastas, aunque aquí haremos una mención especial a algunos lotes destacados que por determinadas circunstancias y por su excepcionalidad nos han llamado especialmente la atención.
Comenzamos por el periodo antiguo donde encontramos muchísimas piezas destacadas aunque por su valor artístico hay que incidir en la estátera de Kosón (lote 3) y de entre las muchas grandes piezas del imperio romano sobresalen los lotes 65 y 121, cuyos bustos presentan un gran relieve.
En el apartado de moneda andalusí se subastarán 10 piezas de raras y en buenas calidades entre las que destacamos dos magníficos dinares:
Del periodo medieval se exponen ejemplares muy interesantes y en grandes conservaciones.
En cuanto a Monarquía Hispánica hay una amplia representación de cecas y tipologías en grandes conservaciones, hasta tal punto que es difícil puntualizar algún lote.
Además de esta selección de destacados os invito a visitar los contenidos de las cuatro partes de las subastas ya que abarca todos los periodos y precios, encontraréis lotes muy interesantes para vuestra colección.
Excelente artículo de calidad! Felicidades Ana!
Gracias Pepe Botella