El año ha empezado mal para la Numismática Andalusí ya que hemos perdido a uno de los grandes impulsores de su investigación y difusión. Sebastián Gaspariño ha dejado un gran hueco en el corazón de sus familiares y amigos, pero también en nuestra disciplina porque su labor fue inmensa y siempre será recordada. En su memoria unos compañeros han escrito unas palabras para recordarle.
Por Ramón Rodríguez Pérez
La familia de la numismática andalusí ha perdido uno de sus miembros más señeros, un compañero de camino: Sebastián Gaspariño.
Para los que lo conocimos podríamos abundar en su bonhomía, en su siempre buena disposición y en su extrema generosidad, y con eso nos quedaríamos para sentir su lamentable pérdida. Pero no podemos olvidar el mundo de esa numismática tan nuestra, la del período de al Andalus, que él engrandeció con sus investigaciones, no limitándolo al ámbito de la moneda sino haciéndolo extensivo a cualquier pieza que hubiera servido de soporte epigráfico en esta etapa histórica.
Académico correspondiente de la Real Academia de Córdoba y tertuliano entrañable de los domingos madrileños de la Plaza Mayor, a él le debemos la creación de la página web https://www.amuletosdealandalus.com/ así como la Gaceta de Estudios Epigráficos y Numismáticos Manquso, pero, sobre todo, habría que destacar el trabajo ciclópeo que le supuso traducir y recopilar de manera cronológica la Historia de al-Andalus según las crónicas medievales la cual fue publicando en sucesivos tomos de manera periódica.
Todos los que hemos sido receptivos al mundo andalusí en general y hemos bebido de su obra estamos en deuda con Sebastián.
Descansa en paz, compañero.
Por Manuel Mozo Monroy
“¡Ahí viene el Cristiano!”. Esa era la frase con la que me recibían en el “Bar Eduardo” mis amigos de tantos años Rafael Frochoso, Salvador Fontenla, Tawfiq Ibrahim y Sebastián Gaspariño, habituales contertulios dominicales que se reunían en la primera mesa a la derecha, pegada a las cristaleras que dan a la calle, y que aún está ahí, inmutable, como esperando que vuelvan o volvamos a desayunar en ella.
Recuerdo que, en dichas reuniones de compañeros, todo el que llegase era siempre bienvenido. Fueses experto o neófito, desde el primer segundo comenzabas a aprender algo nuevo. Ciertamente, Sebastián, era quien más imponía, con su aspecto serio, pelo blanco -como lo suelen tener los sabios-, y hablar duro y denso, como de cátedra recia y antigua, que, a su vez, no dejaba de desprender cierta calidez cariñosa y cercana, que te invitaba a preguntar todo aquello que desconocías, y que daba cancha al lucimiento humilde que con su inmenso conocimiento, Sebastián siempre explicaba razonadamente, dejándote una sensación interna como de “ahora está todo más claro”.
Estos cafés matutinos con estos amigos, los recordaré siempre, con mucho cariño. El tiempo ha pasado y por unas u otras razones infaustas por las que a todos nos ha llevado el sendero de la vida, esas reuniones de insignes arabistas, han ido perdiendo la participación de tan cercanos espíritus afines.
Sí, yo era “el Cristiano”. Pero siempre me sentí tan querido y apreciado en esta “mesa musulmana”, que jamás olvidaré la imagen de ninguno de estos amigos, ni mucho menos la de Sebastián, explicándome como a un estudiante avezado, cual Unamuno en la Universidad de Salamanca, las amplias dudas que mi corazón medieval tenía del tan maravilloso mundo como es el de la numismática hispanomusulmana.
Por todo ello, por tu amistad, por tu cercanía y por el saber que tan altruistamente me cediste, y por mucho más: Gracias Sebastián.
Sólo me resta despedirme de ti, parafraseando las mismas palabras que un fiel cristiano como fue Jorge Manrique, escribió tras la dolorosa pérdida de su querido padre: “Y aunque la vida perdió, dejonos harto consuelo, su memoria”.
Por Felipe Agüera
En estos días nos hemos enterado de la pérdida de Sebastián Gaspariño García. Eminente persona del mundo andalusí, afición a la que muchos de nosotros queremos. Humildemente, no tuve el honor de conocerlo aunque sí he leído muchos de sus trabajos, todos ellos muy interesantes, pues se adentran en el mundo árabe de nuestra península ibérica.
Mi relación con Gaspariño fue a través de la revista Manquso, que inició su andadura por el año 2015, hasta este mismo año pasado. En ella se tocan todos los periodos de dominación árabe en Hispania, llamada por ellos al Andalus.
En su página web de Amuletos de Al Andalus encontramos, aparte de una fenomenal recopilación e identificación de los amuletos andalusíes (donde ilustran multitud de amuletos gran parte de ellos de plomo e intenta identificar las diversas suras del Corán empleadas en ellos, algunos muy difíciles de descifrar), también se pueden descargar los 16 números sobre trabajos de numismática andalusí precintos, sellos, etc. Además recoge alguna edición especial, como el catálogo de los quirates “La plata almorávide y post-almorávide. El quirate”. Versión 2 de Mayo de 2020. Con un índice de autores general por autores y cronología.
Mi experiencia en hacer estos pequeños trabajos fue muy grata e interesante y me dio el placer de aportar datos nuevos sobre piezas y monedas inéditas.
Sinceramente, espero que esta revista no se pierda y continúe su andadura para satisfacción de todos.
Mi más sentido pésame a la familia de este ilustre arabista.