La lectura correcta del símbolo en representaciones histórico-artísticas como la moneda, requieren de un análisis iconográfico de la imagen y de un estudio histórico preciso para su correcta interpretación.
Esto no siempre es posible debido a la falta de fuentes coetáneas y a nuestra percepción actual de dicha imagen. Sin embargo, indagando en fuentes documentales y hallazgos arqueológicos podemos acercarnos al significado del símbolo y a su origen.
La moneda de Pedro I acuñada en Carmona ha sido objeto de numerosas interpretaciones. Acertadamente E. Fuentes Ganzo identifica el símbolo del anverso como la representación del lucero, imagen del escudo de Carmona, símbolo y característica identitaria de la ciudad que siempre ha estado presente en la población desde la Antigüedad hasta nuestros días. Su lema la representa como ciudad patrimonial y turística.
Si indagamos en los orígenes del símbolo del lucero éste se remonta a la Edad Media. La tradición dice que Fernando III, al llegar a Carmona para su conquista vio el lucero de la mañana. El poder de aquella imagen le llevó a ver la ciudad como un lugar inexpugnable y tras la visión se planteó el pacto, quedando así recogido en las crónicas locales. A partir de entonces el símbolo del lucero aparece en los documentos oficiales de Carmona. (1)
En una Carta de Privilegio emitida por Fernando IV el 10 de diciembre de 1303 en Córdoba, en la que el rey confirma los privilegios a Carmona, se conserva un sello pendiente.
Anverso: dibujo figurativo y simbólico de un lucero de ocho puntas, en el centro de éste un tondo con una cabeza femenina y, rodeando el conjunto, una leyenda u orla, no apreciándose gráfilas.
Reverso o cara posterior: aparece un castillo o fortaleza con puerta central y torres almenadas, también rodeado de leyenda, sin gráfilas.
En unas Ordenanzas del Concejo de Carmona del siglo XV, aparece un sello impreso con el lucero de ocho puntas y en su centro, un tondo con una cabeza femenina teniendo a su alrededor la leyenda: “SICVT LVCIFER LVCET IN AVRORA ITA IN VANDALIA CARMONA” (Como luce el lucero en la aurora así en Vandalia Carmona)
También aparece su representación como estrella de ocho puntas en el pendón del siglo XV que conserva el Ayuntamiento de Carmona.
En la actualidad incluso el escudo de la ciudad recoge el lema “Sicut Lucifer lucet in Aurora ita in Vandalia Carmona“.
Comprendemos ahora la imagen representada en la moneda de Pedro I: Representación iconográfica del símbolo de Carmona coronado (Lucero como estrella de ocho puntas con la Aurora en el tondo central representada por el rostro de una mujer con cabello largo) inscrito en un cuadrifolio: y aros en los espacios intermedios externos. L: 3ª Nom. y Gen-Masc.: “+ PETRVS: DEI: GRACIA: REX: CASTELLE: LEGIONIS”, con separaciones de dos puntos verticales en línea. T: “Pedro por la gracia de Dios, rey de Castilla y de León”.
Símbolo astral: evolución iconográfica y sincretismo religioso
Tenemos por tanto un origen claro de la representación de la moneda de Pedro I: Sin embargo podemos ir más allá dado que el símbolo del lucero que parece nacer en el siglo XIII arranca de una leyenda que supuestamente se basa en un hecho histórico (la visión de Fernando III), aunque quizás su origen en el acervo cultural de Carmona fuese anterior.
Compositivamente la imagen nos recuerda a las representaciones solares de diferentes culturas: la iconografía es una cabeza humana enmarcada por un astro de 8 puntas.
Bien es sabido que el culto al Sol es una de las primeras creencias religiosas de la Historia, y se recoge en las distintas culturas desde los albores de la Humanidad, tanto en los pueblos indoeuropeos (Egipto , Mesopotamia, India) como en las culturas precolombinas(mexicas, muiscas, incas). Surya, Mitra, Ra, Sol Invictus, Helios, Inti, Sué, Ekhi, son los distintos nombres para el mismo culto, y sus representaciones iconográficas son semejantes (astros, cabezas radiadas, carros solares, ruedas solares, etc).
La potencia de este culto es de tal raigambre antropológica que el instinto de conservación ancestral hace que perviva a lo largo de los siglos adaptándose en un proceso de sincretismo religioso y aceptándolo a pesar de los cambios culturales e históricos. Estos procesos evolutivos del culto, del rito y del símbolo también los hemos visto reflejados en las monedas de diferentes épocas.
Moneda 1: Malaka. As. 200-20 a.C. Málaga. (Abh-1727). (Acip-786). Anv.: Cabeza de Vulcano a derecha, detrás tenazas y leyenda púnica. Rev.: Cabeza de frente de Helios.
Moneda 2: Baria. 1/2 calco. 200-100 a.C. Villaricos (Almería). Anv.: Ureus con disco solar y entre dos serpientes. Rev.: Palmera con dos racimos de frutas colgando.
Moneda 3: Gades. 1/2 calco. 200-100 a.C. Cádiz. (Abh-1330). Anv.: Cabeza frontal de Helios. Rev.: Atún a izquierda, debajo letra fenicia alef.
Moneda 4: Caria. Rodas. Tetradracma. 229-205 a.C. Anv.: Anepígrafa, Cabeza radiada de Helios tres cuartos a la derecha. Rev.: Rosa entre PO, brote a la derecha; a la izquierda águila sobre antorcha y encima nombre del monedero. Monedero: Tharsytas.
Moneda 5: Mussidia. Denario. 42 a.C. Roma. (Ffc-934). (Craw-494/43). (Cal-1038). Anv.: Cabeza del Sol radiada de frente. Rev.: Dos personajes en el recinto de los comicios, en donde se lee CLOACIN y alrededor (L) MVSSIDIVS LONGVS.
Moneda 6: Marco Antonio. Denario. 42 a.C. Ceca volante. Anv.: Cabeza descubierta y barbada de Marco Antonio a dcha, delanteIMP, detrás M. ANTONI. Rev.: Cabeza radiada del Sol de frente en el interior de un templo dístilo, a izqda: III., debajo: VIR., a dcha: R.P.C.
Fotos: Tauler&Fau
Además del modelo iconográfico del sol o astro como símbolo único y sencillo, y de la cabeza radiada, también es muy común la representación más compleja del Sol Invictus o Helios en el carro cruzando el firmamento. Tenemos por tanto tres modelos representación del sol.
Pero ahondando en este tipo iconográfico del Sol Invictus en el carro debemos recordar que las representaciones de la Aurora atravesando el firmamento siguen ese mismo esquema compositivo: la diosa avanza hacia el Sol en un carro tirado por caballos.
En la moneda que nos ocupa, el real de Pedro acuñado en Carmona, se perpetúa ese modelo en el que confluyen la representación de la Aurora con los atributos astrales. Pero en Carmona nos encontramos con una peculiaridad histórica, ya que el símbolo astral ha sido de tal entidad que forma parte de su propio acervo cultural y la representa. Es decir, debemos indagar en sus vestigios para hallar el origen de un posible culto solar.
Y lo tenemos entre los hallazgos arqueológicos de la necrópolis romana de Carmona: la Tumba del Elefante. Dicha tumba ha sido objeto de debate, tanto por sus complejas estructuras que incluyen un triclinium, como por la ventana sobre el vano central de entrada, en el que penetran los rayos solares iluminando el pedestal frontal del interior en un momento concreto del año.
Actualmente, gracias a la arqueoastronomía, se ha revelado este misterio:
“En el equinoccio de primavera, en el momento que el sol entraba por la ventana al centro de la cámara, en el horizonte, al este, emergía la constelación de Tauro, mientras que al sur, en la eclíptica, se colocaba Acuario y, por el oeste, se ponía Escorpio. En el solsticio de verano, Leo emergía por el Este tres horas después del amanecer, en el extremo opuesto de la eclíptica, se ponía Acuario y, al Sur, destacaba la constelación de Tauro. En el equinoccio de otoño, cuando por el Este se alzaba Escorpio, se ponía Tauro por occidente, seguido de Orión, en el punto más alto de la eclíptica, la constelación de Leo. Este mapa estelar nos lleva a vincular la simbología derivada del mismo con el culto mitraico, y, en concreto, con su icono más característico: la tauroctonía” (2)
La complejidad de la estructura con altares y triclinia, responde por tanto a las necesidades de la liturgia mistérica del banquete entre Mitra y el Sol, justo después del sacrificio del toro.
A fines del siglo III se produjo un sincretismo entre el culto a Mitra y los cultos solares orientales transformándose en el culto al Sol Invictus y oficializándose con Aureliano. Juliano el Apóstata recuperó de nuevo el culto a Mitra hasta que fue prohibido en el 394. A partir de entonces el rito siguió realizándose pero de forma oculta en mitreos escondidos.
Con la expansión del Cristianismo, se produce una curiosa coincidencia: tanto Mitra como Jesucristo nacieron en diciembre. Comienza entonces un nuevo proceso de sincretismo religioso en el mitraísmo, pero esta vez con el Cristianismo, conservando los mismos modelos iconográficos. Sin embargo el símbolo pagano astral nunca ha desaparecido del repertorio iconográfico de nuestras culturas y la pervivencia del símbolo solar o astral ha persistido con diferentes matices hasta nuestros días, como ha ocurrido en Carmona y en otros países.
Notas:
(1) El lucero del alba popularmente se ha identificado como una estrella muy luminosa que lanza sus destellos al amanecer, de ahí su nombre “lucero de la Aurora”, aunque realmente se trata del planeta Venus. Aurora era el nombre de la diosa romana que representaba el amanecer, y cuyo nombre ha perdurado como sinónimo hasta nuestros días,
(2) Jiménez, 2012. Gracias al uso Software astronómico los arqueólogos han podido conocer la configuración del firmamento en un momento concreto del pasado (arqueoastronomía)
Bibliografía
-AA. VV.: “La imagen de Carmona a través de la historia, la literatura y el arte”, en La imagen de Carmona a través de sus símbolos. El proceso de conformación de su identidad. Actas del XI Congreso de Historia de Carmona, págs. 277-330, Sevilla, 2019.
-Fuentes Ganzo, E.: El real de vellón. 1366-1373: Historia de una
moneda de necesidad en Castilla. OMNI nº 9, 07, 2015.
-Intervención en patrimonio documental “Carta de privilegio con sello de cera pendiente” (1303) Ayuntamiento de Carmona. PH Boletín 33.
-Jiménez, Alejandro y Carrasco, Inmaculada: “La Tumba del Elefante de la Necrópolis Romana de Carmona. Una revisión necesaria desde la Arqueología de la Arquitectura y la Arqueoastronomía“, Archivo Español de Arqueología 2012, 85, págs. 119-139
-Jiménez, A.; Carrasco, I.: “Arqueoastronomía y Mitraísmo. El Mitreo de la Tumba del Elefante de la necrópolis romana de Carmona (Sevilla, España)”, en Atti XIV Convegno della Società Italiana di Archeoastronomia (SIA), a cura di Valentina Girotto e Guido Rosada. Università degli Studi di Padova. Padova, 2015, pp.: 63-76
-Mozo, M: “Las monedas labradas por el rey don Pedro en
la ciudad sevillana de Carmona, durante la guerra
fratricida contra el Conde Enrique de Trastámara”, El Eco, págs. 46-49, Mayo, 2019.
-Roma, A. : Románico y gótico en la moneda de León y Castilla, 2013.
-Romero Mayorga, C.: Iconografía mitraica en Hispania. Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2016.
Artículo magistral del que he aprendido mucho. Y que me ha generado muchas dudas en lo tocante a mis opiniones expresadas en el artículo en que la autora me menciona.
Todo lo relacionado a la simbología de la moneda petrina de Carmona, es muy interesante. Y a fuerza de ser honesto debo decir que desconocía totalmente la existencia del sello céreo que se muestra, producido durante el reinado fernandino.
Estos comentarios iconográficos no solo me llevan a nuevos pensamientos en lo tocante a estas piezas, sino también en lo relativo al origen de tales elementos simbólicos. Asimismo, también me hace replantearme muy seriamente, aspectos importantes relativos a su paramétrica y a su metrología.
Reconozco abiertamente que tras la lectura pausada de este interesantísimo y formidable trabajo, debo reescribir ciertos pasajes de lo ya publicado por mi mismo en El Eco.
Aplaudo la labor de difusión de We Are Numismatics (una de las muy pocas que trata la numismática desde un punto de vista profesional y científico) y de la Doctora Serrano.
Gracias Manuel.
Ese sello ha sido un gran hallazgo que puesto en relación con el real acuñado por Pedro I en Carmona nos da una referencia iconográfica directa. El sello es de 1303 y la moneda de 1367.
En cuanto al por qué del uso de ese símbolo la historia de la tradición del culto solar en Carmona queda patente con tras las investigaciones arqueoastronómicas de Alejandro Jiménez. En general, el culto solar siempre ha estado presente en todas las culturas, sólo hay que indagar en los procesos del sincretismo religioso.