Ser emperador de Roma, uno de los mayores imperios de la Humanidad, debía ser abrumador. La concentración de poder podría avasallar a cualquiera que no estuviera preparado para tal cargo. Y en caso de no estarlo, sólo una personalidad carismática, o todo lo contrario, irresponsable, les podía salvar del peso de la púrpura imperial. Cómodo fue un emperador que tuvo la suerte de contar con la mejor disciplina y educación que un emperador pudiera recibir. No obstante, Marco Aurelio cayó en un error Continue Reading »